18.1.21

Liderazgo y Toma de Decisiones

Publicado Por EquipoJC on 18.1.21  | Comentarios

El liderazgo ha sido definido por diversos autores que en términos generales plantean enfoques similares, por ello se podría decir que el líder es la persona que está en la capacidad de plantear un objetivo, persuadir e inspirar a su equipo de trabajo para alcanzar esa meta y de esta manera llevar a la cúspide a este mismo equipo, este sería un concepto simple, sin embargo, no es el único.
Por otra parte, tenemos que liderazgo se define como un conjunto de habilidades gerenciales o directivas, que un individuo posee y lo utiliza para influir en la forma de ser de las personas o grupos de personas, lo que permite que un equipo de trabajo realice sus actividades con entusiasmo, en metas y logros establecidos. Bajo estas posturas podemos establecer que el liderazgo en su máxima expresión logra la consecución de objetivos grupales, fomenta actitudes frente al trabajo y genera un plus en los procesos, lo podemos considerar como una característica de una persona quien plantea estrategias, planes y por medio de su influencia guía a un grupo de personas para alcanzar conjuntamente las metas y su propio desarrollo. 

El liderazgo decisivo
La toma de decisiones eficiente depende de una serie de destrezas de liderazgo que se pueden aprender y que a menudo están estrechamente vinculadas. He aquí algunas:
  1. La capacidad de fomentar la innovación y la creatividad y de aprovechar las sinergias entre las personas a veces entre equipos dispares y distantes.
  2. La inteligencia y el coraje de reconocer los errores y aprender de ellos, capacidad de ayudar a otros a hallar sus soluciones.
  3. Habilidad para delegar de forma tal que la toma de decisiones pueda ser transferida a otros integrantes de la organización con suficiente tiempo o información.
  4. La capacidad de motivar a las personas para que tengan la inspiración de prevenir o resolver los problemas por sí mismas, además de implementar las decisiones en forma preactiva.
  5. La capacidad de enfocar a otros en las cuestiones igualmente importantes de servir a los clientes y gestionen los cambios.
  6. Las habilidades de comunicación.
  7. El coraje y la capacidad de tomar decisiones críticas.
Fomentar la innovación y la creatividad
Una manera de fomentar la innovación consiste en alentar a los empleados a cuestionar la manera en que se hacen las cosas o las decisiones que se han tomado. El hecho de eliminar o minimizar barreras (como la burocracia o las jerarquías) puede impulsar la innovación, igual que la capacidad de ejercer
una presión moderada, quizás estableciendo plazos. Alentar la innovación significa escuchar las sugerencias con mente abierta.
 
Esto es importante, porque si la gente siente que ha participado en una decisión, que ha sido tomada con inteligencia y sensibilidad, apoyará esa decisión y su implementación. Si se escuchan las opiniones y sugerencias de la gente y se las toma en cuenta, la decisión final debería ser, al menos en teoría mejor. 

Aprender de los errores
Cometer errores es la clave para avanzar. Los errores no son solo excelentes oportunidades de aprender, también son, en un sentido, importantes. La única oportunidad de aprender algo nuevo. La evolución biológica avanza mediante por un inmenso e inexorable proceso de prueba y error, y sin los errores, las pruebas no lograrían nada.
Aprender de los errores, además, pone de manifiesto otro aspecto importante del liderazgo decisivo: el coraje y la capacidad de actuar solos.
 
Análisis de opciones contrarias
Es común que en la toma de decisiones no haya un análisis suficientemente exhaustivo.
La tendencia natural es que la gente gravite hacia una opción en particular, a menudo por prejuicio, temor (especialmente temor al cambio), deseo de evitar riesgos, pereza o por basarse demasiado en el instinto. Es importante cuestionar las suposiciones y ver las cosas desde otras perspectiva (como la del
cliente o la de la persona que se ve más afectada por la decisión).

Una manera de encarar las opciones contrarias consiste en mirar el resultado deseado y luego ver cuál de las opciones servirá para lograrlo. Este enfoque sencillo suele complicarse por la necesidad de priorizar las metas, reducir costos o minimizar los riesgos, y para seleccionar la mejor opción a menudo hay que hacer concesiones. Otro enfoque consiste en establecer criterios para la decisión final, por ejemplo, que es necesario que dé resultados con rapidez, que no sea costosa, que su organización insuma una cantidad razonable de tiempo, y así sucesivamente y luego calificar cada opción en virtud de estos componentes según una escala del 1 al 10.
La opción que obtenga el puntaje más alto, gana. Con ambos enfoques, es necesario entender cabalmente qué requiere cada opción, como funciona y qué se logra con ella.

Delegar
Con frecuencia, el éxito o el fracaso de una decisión dependen del proceso de delegación. El hecho de facultar a otros (empowerment), va más allá de la delegación de tareas específicas, implica otorgar un nivel definido de autoridad y responsabilidad dentro del cual alguien toma sus propias decisiones y las implementa.
La delegación de poder (o empowerment), es una verdadera apertura del poder creativo del personal. Se basa en la creencia de que a menudo no se aprovecha toda la capacidad de los empleados y que, si se les da una oportunidad y la responsabilidad, ellos desean hacer un aporte positivo.
La delegación de poder va más allá de la delegación y es una manera de permitir que la gente aproveche más plenamente su potencial. En esencia, significa permitir que los individuos hagan su trabajo, alentando a quienes están más cerca de la acción a tomar sus propias decisiones. Se necesita apoyo, confianza y voluntad de retirar los obstáculos y las burocracias, alentando y permitiendo a la gente que lleve a la práctica sus ideas para mejorar A fin de facultar a la gente para tomar decisiones y luego implementarlas, es necesario que los líderes:
  1. Establezcan un rumbo claro y se aseguren de que la gente no se desvíe del curso.
  2. Alienten a la gente a ser innovadora y aprovechar su iniciativa, por lo general dentro de límites acordados.
  3. Retengan una plena comprensión de los que está ocurriendo.
  4. Creen un ambiente positivo, de apoyo y sin culpas.
  5. Apoyen con frecuencia y despejen la vía de acción sin quitar responsabilidades a quienes están haciendo el trabajo.
  6. Tomen decisiones que otros no pueden tomar, ya sea por falta de tiempo, información o conocimiento.
  7. Evalúen continuamente el desempeño y recompensen los avances, apoyando el desarrollo individual y el de los equipos.
  8. Desarrollen confianza compartiendo información y conocimiento siempre que sea posible.
Motivar a la gente
Para que las personas implementen las decisiones con éxito y tengan suficiente seguridad para tomar sus propias decisiones, es necesario motivarlas. En un equipo, el líder debe entender con exactitud qué es lo que motiva a sus integrantes a actuar, qué influencias externas están afectándolos y cuál es el papel del líder en el proceso. Hay ocho reglas de motivación:

Usted mismo debe estar motivado, para ofrecer un ejemplo claro e impulsar el avance.
– Entienda qué es lo que motiva a la gente y elija personas que tengan alta motivación.
– Trate a cada persona como un individuo y evite suponer cosas acerca de ellas.
– Establezca metas realistas y difíciles.
– Recuerde que el progreso incentiva, porque refuerza la seguridad.
– Cree un ambiente motivador. Cómo lo haga dependerá de la tarea y del individuo, pero podría significar, por ejemplo, presionar o estimular a la gente para que actúe, o bien eliminar los obstáculos que le impiden actuar.
– Reconozca el éxito. Esto ayuda a mantener el impulso y contribuye a la continuidad del éxito.
– Dé recompensas justas. Son una forma de reconocimiento y pueden alentar y desarrollar la confianza y el compromiso.

Una visión potente también ayuda a incentivar a la gente. Un buen ejemplo de esto es un comentario de John F. Kennedy, ex presidente de los Estados Unidos: elegimos ir a la luna en esta década y hacer las otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles. Porque esa meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestra capacidad y de nuestras destrezas, porque es un reto que estemos dispuestos a aceptar, que no deseamos postergar y que pretendemos ganar. 

La gente responde mejor cuando entiende lo que está haciendo. Un líder eficiente debe tener la capacidad de crear y comunicar una visión realista y convincente que sostenga una organización y a sus integrantes tanto en los buenos tiempos como en los malos.
Una visión así encapsula una serie de valores que guiarán las decisiones, la acción y desarrollarán la seguridad, el trabajo de equipo y la coherencia.
Además de convincente y realista, una visión debe ser potente si tiene que servir para entusiasmar e inspirar. Debe también ser fácil de comunicar a todos y lo suficientemente específica para ser realmente útil en la toma de decisiones. Debe, además, tener la flexibilidad suficiente para permitir la iniciativa individual y los cambios en las condiciones.

Comunicar
Todas las decisiones se deben explicar a quienes se verán afectados por ellas para evitar malentendidos. La explicación debe poner en relieve dónde residen los problemas y las dificultades, como también los beneficios. Debe haber comunicación durante todo el proceso de toma de decisiones a fin desarrollar y
mantener el apoyo para la decisión que llegue a tomarse y garantizar que quienes se verán afectados por ella se sientan partícipes.

Sea positivo y mantenga el sentido del humor
Aun ante la adversidad, es bueno mantener una actitud positiva. Esto no quiere decir que las decisiones se deban tomar a la ligera, sino que una actitud mental positiva es una fuente importante de fuerza y ventaja.
Entre las conductas a evitar en la toma de decisiones se cuentan el pánico y el hábito de postergar las cosas. En cambio, si se adopta un enfoque sereno, positivo y apropiado que revele las cualidades adecuadas en el momento oportuno (como urgencia, precaución, dureza y flexibilidad), aumentan considerablemente las probabilidades de éxito. Siempre enfrente los problemas.
Jamás los ignore con la esperanza de que desaparezcan.

Cómo asegurar que las decisiones de liderazgo exitosas. Involucre a la gente en el proceso de toma de decisiones.
Georges Clemenceau, ex primer ministro francés, dijo en la Conferencia de Versalles en 1919:

“La guerra es un asunto demasiado serio para dejarla en manos de los generales”.
Se dice, a menudo con poca sinceridad, que la gente es el mejor recurso que tiene cualquier organización. Cuando se trata de tomar e implementar decisiones, es la gente la que determina en gran medida el éxito o el fracaso. Por lo tanto, resulta crucial que los empleados estén bien administrados, que se exploten sus ideas, su potencial y que estén motivados y comprometidos.

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